Con Beso Negro quise rendir homenaje a la belleza sensual y contrastada de una noche en el Mediterráneo. Mi idea era recrear la sensación de un atardecer elegante, fuerte y carismático: los últimos reflejos del sol sobre el mar, el calor de la envolvente arena aún tibia y la misteriosa oscuridad de la luna

— Christophe Raynaud